
La tristeza inunda las calles.
Miradas apagadas manifiestan
lo que tantos labios sellados
no pueden gritar.
Verjas y persianas bajadas
manchadas de sudor y lágrimas
son testigo mudo de la desolación.
Espaldas curvadas
de soportar el peso
de una infame realidad.
Pasos lentos y vacilantes
acordes con el desánimo general.
Con la cabeza gacha
mirando al suelo.
Tratando de buscar
un resquicio de humanidad.